Micro-Relato "Huele a Hierbabuena" de Núria Burguillos
- lasbatasverdes
- 26 oct 2014
- 1 Min. de lectura

HUELE A HIERBABUENA La muerte huele a hierbabuena, la que rozaba tus pantalones al despuntar el día; a donpedros y jazmines de macetas de terrado, que improvisabas en tiestos reciclados, repintados de recuerdos de patio cordobés; a aroma de café que pasa de largo un día de visita con familiares lejanos, que ignoraban todo sobre ti. Sabe a cerveza fresca, a huevos rellenos de gambas y a tardes de tapeo frente a una vía de tren; a meriendas con “bikinis” y café con leche, a bocadillos de jamón serrano en jardines engañosos, al pie de Sierra Nevada y de la Alhambra, y a Fanta de limón. La muerte evoca tardes de surtidores con agua que calman la sed; veladas radiofónicas de costuras, con faldas enlutadas; voces desconocidas que entonan canciones que emocionan, a pesar de los silencios. La muerte es triste pero puede ser alegre si deja descansar del dolor y del sufrimiento a quien lo padece. A mí, la muerte, me suena a historia, a hombres y mujeres admirables que, desde el anonimato, nos han hecho crecer; a poetas y escritores, a olivares y vinos milenarios, a risas compartidas, a momentos entrañables, a vida. Núria Burguillos.
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